Hoy maté a Dios.
No clave la lanza en su costado
ni puse la corona.
Lo miré a los ojos y lo declaré muerto.
Ahora siento pena por mí.
No tengo Dios
y no me importa.
Hoy maté a Dios.
No clave la lanza en su costado
ni puse la corona.
Lo miré a los ojos y lo declaré muerto.
Ahora siento pena por mí.
No tengo Dios
y no me importa.