Poseo un lugar.
un lugar de ruido y parpadeo de luces,
como las conversaciones que escucho
sentado
en los parques;
arrastrándome a través de las calles;
esperando las siluetas que se ausentaron
y la posibilidad de una sonrisa
como la caída de las hojas
en un grabado japonés
que vi ya hace muchos años.
un lugar para moverme a voluntad
aunque no haya en él
nada que disponer.
