Vocación.

Haz un lugar con lo que quede,
donde puedas bailar a tus anchas,
cantar y relajarte a la luz de los libros,
para que puedas matar la oscuridad
que afuera se estrella contra los muros.

Hay un tiempo de silencio y de lamentación,
y de hervir la piel,
con cada partícula de polvo
que una vez pudimos reunir,
y ahora sirve de arena a los muros.

Mira por las rendijas,
la piedra se desmorona sobre los escombros,
la nariz sigue al perro
hasta los cadáveres,
y el murmullo va de la boca infantil
a la piel de los viejos.

Haz un lugar con lo que quede
y renuncia a los restos.